2 dias desde Ouarzazate al Desierto Chegaga

Ruta de 2 días desde Ouarzazate al Desierto de Chegaga

El desierto de Chegaga, una joya escondida en las profundidades del Sahara marroquí, ofrece una experiencia auténtica y menos transitada que su vecino Merzouga. La ruta de 2 días desde Ouarzazate al desierto de Chegaga es una travesía perfecta para los aventureros que buscan sumergirse en la vasta tranquilidad del desierto, explorar paisajes espectaculares y vivir la hospitalidad bereber.

Día 1: Ouarzazate – Foum Zguid – Desierto de Chegaga

El primer día de esta travesía comienza desde Ouarzazate, la ciudad conocida por su proximidad al desierto y sus impresionantes kasbahs. Desde aquí, partimos hacia el sur, recorriendo paisajes desérticos cada vez más áridos hasta llegar a nuestro destino final: las impresionantes dunas de Chegaga.

Atravesando el Lago Iriqui y Foum Zguid

En el camino hacia el desierto, atravesamos el Lago Iriqui, una vasta extensión que, aunque ahora es mayormente seca, se llena de agua durante la temporada de lluvias, creando un paisaje surrealista. El lago y sus alrededores forman parte del Parque Nacional de Iriqui, conocido por su fauna silvestre y formaciones rocosas que ofrecen impresionantes vistas.

Antes de llegar al desierto, haremos una parada en Foum Zguid, una pequeña ciudad en la entrada del Sahara. Aquí, se puede disfrutar de un té marroquí y almorzar en un restaurante tradicional, disfrutando de la calma que caracteriza esta región.

Llegada al Desierto de Chegaga

Tras cruzar el lago seco de Iriqui, llegamos a las majestuosas dunas de Chegaga, uno de los rincones más salvajes y remotos del Sahara. A diferencia de las dunas de Merzouga, Chegaga es menos turístico, lo que ofrece una experiencia más íntima y auténtica. Aquí comienza una de las partes más emocionantes de la ruta: el paseo en camello hacia el campamento en medio del desierto.

Noche bajo las estrellas en el campamento

Al caer la tarde, las dunas de Chegaga se tiñen de tonos dorados y rojizos bajo la luz del sol poniente, creando un paisaje de ensueño. En el campamento, los viajeros son recibidos con hospitalidad bereber y una deliciosa cena tradicional bajo las estrellas. Dormir en una jaima (tienda bereber) bajo el cielo despejado del desierto, lejos de cualquier rastro de civilización, es una experiencia que conecta profundamente con la naturaleza y el entorno.

Día 2: Desierto de Chegaga – M’Hamid – Ouarzazate

Después de una noche tranquila en el desierto, el día comienza temprano para contemplar el amanecer sobre las dunas. El silencio y la inmensidad del paisaje hacen que este momento sea verdaderamente mágico. Tras un desayuno ligero, comenzamos el camino de regreso hacia Ouarzazate, atravesando nuevos paisajes y haciendo paradas en varios puntos de interés.

Visita a M’Hamid, la puerta del desierto

Nuestra primera parada del día es el oasis de M’Hamid, conocido como la «puerta del desierto». Este pequeño pueblo marca el final de la carretera y el inicio de las rutas que se adentran en el Sahara. M’Hamid ha sido históricamente un importante punto de partida para las caravanas que cruzaban el desierto. Aquí se puede explorar el antiguo kasbah y conocer más sobre la vida en el desierto.

Regreso a través del Valle del Draa

De camino de regreso a Ouarzazate, atravesamos de nuevo el impresionante Valle del Draa, una de las zonas más fértiles de Marruecos, famosa por sus palmerales y kasbahs. Este valle ha sido una importante ruta comercial durante siglos, y sus paisajes son una mezcla de historia y belleza natural. Durante el trayecto, se pueden hacer paradas para visitar alguna de las antiguas kasbahs que salpican la región, como la Kasbah de Tamnougalt, una de las más destacadas y mejor conservadas.

Llegada a Ouarzazate

Finalmente, llegamos de vuelta a Ouarzazate, poniendo fin a esta increíble travesía por el desierto de Chegaga. La sensación de haber vivido una auténtica aventura en uno de los rincones más remotos y tranquilos del Sahara queda impregnada en la memoria de los viajeros.

La ruta de 2 días desde Ouarzazate al desierto de Chegaga es una experiencia inolvidable para aquellos que buscan adentrarse en el corazón del Sahara marroquí. Desde la travesía por el Lago Iriqui y las dunas de Chegaga hasta la tranquilidad de una noche bajo las estrellas, este viaje ofrece una inmersión total en la belleza y serenidad del desierto. Para los amantes de la aventura, la cultura bereber y los paisajes impresionantes, esta ruta es una opción única que no decepciona.